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La biomasa térmica y eléctrica un importante motor para el aprovechamiento renovables en Castilla y León

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Fecha de publicación:

26 de junio de 2015

Fuente:

Consejería de Economía y Empleo

Descripción:

Castilla y León cuenta con más de 500 MWt instalados para usos térmicos de la biomasa, lo que supone una inversión de 125 M€, 500 empleos y la puesta en valor de 100.000 t/año de biomasa principalmente autóctona. En el apartado eléctrico tiene más de 20 centrales que suman 55 MWe, han supuesto una inversión de 100 M€, 550 empleos y 500.000 t/año de biomasas utilizadas

Contenido:

Las energías renovables presentan un triple interés para Castilla y León: para el entorno rural, al ser un acicate a su desarrollo; para la economía, al atraer inversiones y empleo y para el medio ambiente, al sustituir otras tecnologías más contaminantes.

Como Comunidad autónoma eminentemente rural, dispone de una importante cantidad de recursos biomásicos, estimados en unos 13.000 ktep/año, en términos de energía primaria, de los que más del 85% corresponde a recursos forestales y agrícolas, susceptibles de ser aprovechados energéticamente por una gran variedad de consumidores, de forma muy diferente, en pélets, biocarburantes, electricidad, calor, etc.

El Plan Regional de Ámbito Sectorial de la Bioenergía de Castilla y León es el principal instrumento puesto en marcha por la Junta de Castilla y León para desarrollar este sector. Su vigencia es para toda la presente década. Los objetivos establecidos son importantes (aprovechar energéticamente hasta 7 millones de toneladas de diferentes tipos de biomasa) pero posibles de conseguir en gran medida.

El clima de Castilla y León origina una importante demanda de calor en invierno, así como un extenso sector agrario. Los ejemplos de dos instalaciones de biomasa en Briviesca (Burgos) y Tabuyo del Monte (León) demuestran un correcto funcionamiento de esta fuente de energía renovable, tanto en su aprovechamiento para calor como en la producción de electricidad.

100.000 toneladas de paja de la Bureba para generar electricidad

Aunque lo más conocido de la biomasa es su vertiente térmica, gracias a los ahorros que con ella se consiguen frente al uso de combustibles fósiles para calefacción, algunos tipos de biomasa son muy idóneos para su aprovechamiento generando electricidad.

Este es el caso la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, así como de las aguas residuales, con los que se puede generar electricidad previa producción de biogás. Normalmente estas instalaciones presentan potencias pequeñas y medianas.

Otro caso, de mayor tamaño en cuanto a potencia, es el uso de los restos agrícolas, muy abundantes en toda la región. Destaca la comarca agrícola Bureba-Ebro, donde se utilizan unas 100.000 toneladas cada año de paja de cereal (principalmente trigo), y se envían a la central de biomasa de Briviesca (Burgos), cuya potencia instalada es de 17 MWe.

De esta instalación resalta el desarrollo de tecnología nacional, con una caldera que ha sido la primera fabricada en Barcelona, con prestaciones y exigencias de materiales, presiones y temperaturas muy elevadas.

También, aunque ahora parezca algo natural, el modelo de gestión de biomasa-materia prima implantado en la comarca, ha conllevado un importante esfuerzo y búsqueda de acuerdo entre todos los participantes, digno de mención.

La planta de Briviesca produce la energía equivalente a 881.000 barriles de petróleo. Cuenta con 25 empleos directos y entre 70 y 80 indirectos (para suministro de paja prncipalmente). Pone en valor restos agrícolas, y ha creado una nueva vía de desarrollo para el sector primario.

Consigue evitar la emisión de 115.000 t/año de CO2, con un efecto depurativo equivalente al de 6 millones de árboles.

La planta ha sido promovida por Acciona y el EREN.

El ejemplo de Luyego: la biomasa como fuente de ahorro para los ayuntamientos

Hasta hace poco, la utilización de combustibles fósiles en calefacción era una constante en España, principalmente con dos tipos de instalaciones. En el ámbito rural con gasóleo, junto al correspondiente depósito en cada vivienda o edificio y en áreas urbanas mediante redes generales de gas que llegan a cada vivienda, instalándose calderas individuales.

Sin embargo, el panorama está cambiando y la incorporación de sistemas automatizados que aprovechen biomasa empieza a ser una alternativa real para la calefacción. Si bien ha influido la concienciación del consumidor hacia un desarrollo más sostenible y hacia el aprovechamiento de recursos locales y renovables, y también la importante la apuesta y difusión desde las administraciones públicas, el elemento fundamental para la creciente elección de la biomasa ha sido el ahorro que se consigue frente al elevado precio del gasóleo y gas.

Su implantación se puede realizar de diversas formas, desde pequeñas estufas de pélets que calientan aire en una sala de una vivienda, hasta grandes redes de calefacción centralizada, pasando por calderas que abastecen completamente a una vivienda o un edificio.

Este último caso es el que el EREN con la colaboración del Ayuntamiento de Luyego desarrolló de forma pionera hace ya 8 años en el colegio de Tabuyo del Monte, en Luyego (León), donde se sustituyó un equipo obsoleto que utilizaba carbón y leña, con alimentación manual, por otro automatizado para astilla y pélet, cubriendo también la demanda del gimnasio municipal y salón de actos.

El Ayuntamiento de Luyego y la Junta Vecinal de Tabuyo del Monte son los responsables del suministro de biomasa, comprando a diversos proveedores y utilizando también astilla que producen de sus propios montes.

De la instalación, destaca la caldera con una potencia regulable de 13 a 45 kWt, depósito de acumulación, alimentación automática, hogar de combustión, ciclón depurador de humos y procesador de control. El fluido caloportador es agua a 90 ºC.

La distribución y consumo de energía térmica se realiza mediante un sistema convencional de radiadores, a los que llega el agua calentada mediante una red de tuberías.

Después de estos años de funcionamiento pude decirse que son especialmente beneficiosos los resultados, los tecnológicos, al sustituir equipos obsoletos y poco automatizados por otros modernos, independientes y más eficientes, los ambientales, reduciendo considerablemente las emisiones atmosféricas, al realizarse una combustión más eficiente y sin utilizar combustible fósil, y los divulgativos, al transmitir experiencia a todo el entorno, de modo que se provoca la repetición de experiencias similares en otros edificios.

Al resultar una experiencia probadamente satisfactoria, el Ayuntamiento y el municipio en general, otros edificios públicos y privados como viviendas, pequeños negocios locales, etc. han seguido el ejemplo, instalando biomasa para abastecer sus necesidades de calor, que no siempre es calefacción, sino también agua caliente e incluso calor industrial.

Además, al contar ya con varias calderas, han podido adquirir una pequeña astilladora para aprovechar sus restos forestales y reducir aún más los costes de calefacción.

El futuro

Como retos de futuro, para el desarrollo de la biomasa térmica, el EREN trabajará para extender las instalaciones de manera más homogénea por todo el territorio, priorizando los sistemas de calor centralizado. Será para ello necesaria una mejora en la distribución de las calderas, estufas y pelets, consiguiendo una rebaja en los precios de los equipos y una mejora en la calidad del diseño, ejecución y mantenimiento de las instalaciones.

Con relación a la biomasa eléctrica, su mayor desarrollo depende en gran medida de las decisiones que se vayan tomando desde la Administración General del Estado, que recientemente ha presentado nueva normativa para incrementar la potencia eléctrica instalada con biomasa.

 

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